Fundación Otero Pardo - Menú Principal
Óleos Alejandro Otero

Alejandro Otero

Óleos

Como estudiante, Otero pone en práctica las enseñanzas impartidas por sus maestros bajo los preceptos académicos vigentes. El Impresionismo, Cézanne y el Cubismo son referencias conocidas en la escena local y esta concepción de la pintura permea la obra del joven pintor, quien compone observando el orden o estructura que subyace en la realidad sin intentar reproducirla. En esta etapa el autorretrato, el desnudo y sobre todo el paisaje serán sus temas predilectos.

Una vez culminados sus estudios en Caracas viaja a París, donde se impone la tarea de asimilar todos los cambios que ha experimentado la pintura en lo que va de siglo, iniciando un proceso de síntesis de la realidad que lo conducirá a una resolución no figurativa del cuadro. Esto deriva en una etapa fundamental para el desarrollo de su lenguaje, y para el arte venezolano en general, conocida como las Cafeteras; naturalezas muertas en las que cafeteras, lámparas, botellas, tazas, cráneos y candelabros son los motivos para adentrarse en la comprensión de las formas y su resolución pictórica. En el proceso, los objetos se deshacen analíticamente para entender su estructura hasta alcanzar una síntesis tal que desaparece cualquier idea representativa. En esta etapa denominada Líneas inclinadas o Líneas coloreadas produce sus primeras obras plenamente abstractas, con las que se adhiere a los valores puramente plásticos de la pintura, marcando la transición hacia la adopción del lenguaje abstracto geométrico y los materiales industriales.

Será diez años más tarde cuando retome el óleo en un grupo breve pero contundente de telas conocidas como Monocromos, en las que se deshacen todas las estructuras que habían caracterizado su pintura, retornando a la gestualidad y lo sensual de la materia pictórica, logrando que el color brote como pura luz.

Scroll al inicio